El día jueves 15 de
junio, realicé una observación en una escuela primaria, en la cual tuve la oportunidad de conocer las distintas formas
de trabajar del maestro, alumnos y todos en conjunto. Lo que pude notar al
instante y, que llamó mucho mi atención, es que algunas formas para tratar a
los niños inquietos siguen ahí, por ejemplo, suelen sentarlos un poco aislados
de los demás, poniendo su lugar de trabajo al frente, y al momento en que se
hacían preguntas o se revisaba, no se veía mucha inclusión o iban más atrasado.
En cuanto a lo demás, las maestras tenían una actitud muy positiva y
alentadora, pues lograban transmitir confianza y motivación a los alumnos,
notándose esto al momento de participar o realizar sus actividades, ya que
todos eran muy activos al querer pasar al pizarrón para dar ejemplos o
responder ejercicios, en algunos casos hacían escenificaciones y todos hacían
sus trabajos con un buen entendimiento, así que puedo decir que los niños
aprendían y entendían bien los diferentes temas que verían. La disciplina es
algo que también llamó mi atención, ya que era raro que hubiera desorden, salvo
uno o dos niños algo inquietos, todos ponían atención al frente y no hacían mucho
ruido, sin necesidad de que se les estuviera pidieron.
En el aspecto del
docente, a pesar de que todas tenían diferentes métodos, me parecieron bastante
tolerantes y accesibles, cuando los alumnos tenían dudas no dudaban en
responderlas, la mayoría de ellas lo hacían en frente de todos, lo cual para mí
era lo más apto, pidiendo también las opiniones de sus compañeros, otras solo
se acercaban a su lugar y de ahí le explicaban, de manera individual. Sus
maneras de trabajar eran, principalmente, explicar el tema de una manera
sencilla y entendible, dando ejemplos claros y pidiendo participación en ellos,
realizar una actividad y también pasar al frente a contestar ejercicios al
mismo tiempo que explicaban su respuesta, incluso los niños de primer grado
eran capaces de hacerlo, lo cual me sorprendía mucho, pero a su vez se notaba
que entendían lo que hacían. También hacían repasos de los temas ya vistos para
ver que tanto recordaban y así mismo reforzar.
En primer grado tocó
ver el tema de los signos de admiración, en el cual su objetivo principal era
saber para qué y cuándo se usaban, lográndolo exitosamente al dar los niños sus
propios ejemplos con entusiasmo al haber aprendido. En segundo grado reforzaban
lo que son las tablas de multiplicar, haciendo después algunas
multiplicaciones; pude notar como la mayoría de los alumnos ya tenía gran
conocimiento pues incluso las respondían y decían las respuestas antes de que
la maestra comenzara. En tercero ya hacían multiplicaciones y divisiones a
manera de repaso y sin ayuda de su maestra, pasaban al frente de manera
voluntaria (todos), algo que llamó mi atención es que al momento de
responderlas utilizaban las tablas de multiplicar hasta después de “10”, por
ejemplo “2 x 15”, y no número por número como suele hacerse en ese grado. En
quinto ya veían temas como las catástrofes o desastres naturales, su objetivo
era saber qué tipo de desastre era, cuáles eran sus maneras de prevención y que
hacer en caso de presentarse alguna. La mayoría de los alumnos eran muy activos
dando ejemplos, leyendo la lección del libro y con la ayuda de la maestra
mencionaban hechos pasados en México referentes al tema.
En general, tomando en
cuenta todos los grados, tenían un nivel medio-alto de conocimiento, pues era
raro que alguien no supiera los temas; también fomentaban valores como
participación, respeto, tolerancia, compañerismo y así mismo todo eso les
servía para desarrollar sus habilidades y actitudes más adelante.
Las formas de organizar
sus trabajos son básicamente dando una introducción del tema, yéndose cada vez
más a algo más profundo para después dar ejemplos fomentando la participación
activa y finalizar con algún ejercicio o actividad que sirve también para una
evaluación y ver si se aprendió de manera correcta y esperada. La relación
entre compañeros era muy buena, entre todos se ayudaban y se animaban entre
todos, cuando alguien no entendía o batallaba con algo le ayudaban, en casi
ningún grupo vi alguna exclusión, aunque tal vez con los más grandes ya había
algo mas como de “burla” como comúnmente se ve en estos tiempos, sin embargo,
no era muy frecuente. Las maestras lograban mantener un ambiente positivo en el
salón de clase.
También en las clases de educación física se tenía muy buena
disciplina, se podía ver a la mayoría de los alumnos haciendo los ejercicios
con diversión, salvo a unos que se desviaban y se ponían a hacer otras cosas,
hasta que el maestro les llamaba la atención y volvían a donde tenían que
estar. En cuanto a la hora de salir al recreo, todos salían de manera ordenada
y sin alborotarse, y para entrar hacían fila fuera de su salón, realizando una
pequeña dinámica como tomar distancia.
Hablando de los
recursos y materiales didácticos en su mayoría eran los proyectores,
computadora, pizarrón blanco, ilustraciones pegadas en la pared (ya sea con los
números, colores, tablas de multiplicar, valores, abecedario, los números,
etc.), periódico mural, libros de texto, fichas, colores, entre otros.
Al momento de reforzar
el aprendizaje el maestro preguntaba por cualquier duda y así poder resolverla
de manera clara y práctica para que éste fuera significativo. Hacen preguntar,
piden opiniones, reflexiones, encargan alguna tarea para investigar más a fondo
y realizan actividades como carteles, dibujos, etc., para plasmar y
retroalimentar sus conocimientos de clase.
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